Nada

16 de enero de 2014

Contaban historias de algo que sucedió hace años. Historias sobre algo imposible e impensable.
Hablaban de aquello que nadie quería ni debía olvidar.

Aquella noche de invierno, una noche como otra cualquiera, en la que las calles aparecían iluminadas por una imponente luna,... Esa fue la noche en que todo comenzó y en la que todo terminaría.

Se oían voces a lo lejos, no sabía discernir si risas o lamentos. Se oían pasos pero no acertaba a conocer su procedencia. Los segundos los sentía como minutos y estos cual si se tratase de horas...
Tan solo esa gran luna le daba una tregua en medio de aquella oscuridad.
Una oscuridad que sería capaz de convertir, al más valiente, en cobarde.

Cada vez sentía más la proximidad de aquellos sonidos, pero no lograba ver nada... Sus pupilas se dilataban. Intentaban captar la mayor luz posible que le diera una imagen, una respuesta a todo aquello que sucedía a su alrededor.
Recordó todo lo que había pasado, vino a su mente como un suspiro... Recordó todo el daño que había hecho, todo el dolor que había causado. Pensó en que ya era tarde para remediarlo.

Y de repente...
De repente, ya no había NADA.