Mis ojos despertaron a la realidad. Aquella realidad que nunca quería ver y que mi mi corazón se negaba a a aceptar.
Sentía la soledad en mí más cerca que nunca, buscaba retazos de compañia en los lugares más insospechados. Momentos de compañía insulsos que no satisfacían mi alma y que se ahogaban en lo más hondo de mi ser.
Soledad estando acompañada.
Sus ojos fueron la luz que me hizo despertar a una nueva realidad, me demostraron la levedad del tiempo y de la vida.
Su risa me transportó a lugares que nunca antes había recorrido y ni me habría atrevido a recorrer.
Sus brazos acogieron mi alma sin sospechas y sin miedos.
Y mi corazón se doblegó ante la evidencia de que por fin, no me sentía sola entre toda esa gente.
Hermosa fotografía, como siempre!! Me ha encantado, aquí tienes una seguidora, que estará encantada de acompañarte en tu proyecto. Un beso
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