31 de enero de 2014
Sus alas se abrieron.
Su empuje y el viento a favor le ayudaron a iniciar el vuelo. Subió cada vez más alto, tanto que ya solo divisaba la pequeñez de las cosas habituales, y la gran magnitud del mundo que le rodeaba.
Se sintió muy pequeño, pero al mismo tiempo muy grande.
Pequeño, por sus dimensiones con respecto al mundo. Grande, por tener sus alas, y al viento como aliado.
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