24 de agosto de 2014
Fue el último paseo antes de la despedida.
No podía hacer mejor tiempo. El viento había cesado y el sofocante calor les había dado una tregua.
Caminaron despacio, se paraban en cada punto en el camino que se los permitía.
Llevaban sus manos unidas...
A pocos metros, la encrucijada...
Aquel cruce de caminos en el que sus manos se separarían y sus caminos seguirían, pero ya sin estar juntos.
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