29 de agosto de 2014
Amaneció un día gris. Demasiado oscuro para las fechas que rondaban.
El extraño frío acompañante no parecía presagiar nada bueno.
Y de repente, nada se movía, ni un mínimo soplo de aire alrededor.
Aparecía todo estático, como si el tiempo se hubiera frenado, esperando a que el ¿desastre? comenzase...
No hay comentarios:
Publicar un comentario