miércoles, 3 de septiembre de 2014

Puerta tras puerta

2 de septiembre de 2014

Llamé a tantas puertas buscando la suya, que mi esperanza estaba a punto de desaparecer.
Toqué ya sin insistencia, con mis nudillos doloridos, endurecidos, y con callos como señales de aquella ardua búsqueda.
Se abrió lentamente aquella vieja puerta, sus bisagras también cansadas me recibían sin prisa alguna.
Mi cabeza, demasiado pesada ya para mi cuello, se mantenía baja ante la tristeza y la evidencia, de que aquella voz que atendía a la llamada, tampoco era la de el...



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