Ante aquella inmensidad no pudo hacer más que rendirse, doblegarse por la evidencia de la pequeñez de su ser. Dejar atrás aquellas ideas de grandeza que tan a menudo acompañan a la vida del ser humano.
Y ser consciente, de repente, de la trivialidad de sus actos.
Esta foto me encanta. Creo que consigues armonizar pensamientos e imágenes de manera brillante. Enhorabuena por este blog!
ResponderEliminarGracias! ;)
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